En general, se recomienda que los perros no coman embutidos. Los embutidos pueden contener una gran cantidad de grasas, sal y aditivos que no son saludables para los perros y pueden causar problemas de salud como obesidad, enfermedades cardíacas y problemas gastrointestinales. Además, algunos embutidos pueden contener ingredientes tóxicos para los perros, como la cebolla y el ajo. Por lo tanto, es mejor evitar darle embutidos a tu perro y optar por alimentos más saludables y seguros para él.